Antioquia Muere el Teatro

JURADOS: Ya es la hora, nos toca ver esta nueva obra

JURADO 1: (susurrando) Es críptica

JURADO 2: Aún no podemos emitir juicios, estamos en el nudo

ACTOR: (en realidad es espectador de la obra, recitando)

En el nudo del poder

ORGANIZADORES: (Guasón, al ACTOR)

¿Pero por qué no participa?

JURADOS: Dejen oír

JURADO 1: La voz: 4

JURADO 2: Puesta en Escena: 1

JURADO 3: Nivel de actuación: 3

ACTOR: Gran Total: 8

ORGANIZADORES: No pasa, el mínimo es de 9.55 y el máximo de 10

GRUPO: Aquí como que hay rosca.

ORGANIZADORES: No podemos saltarnos las leyes

ACTOR: ¿Cuánta plata invirtieron?

PATROCINADOR: Cientos sin cuenta millones de pesos

ACTOR: (Solemnemente)

¡Para una simple competencia!

(Se escuchan músicas celestiales acompañando las preguntas)

¿Por qué no forman al espectador?

¿Por qué no hacen del encuentro una fiesta?

GRUPO: (Con pancartas alusivas...)

En las leyes se nos invita al ejercicio social, pero a la hora de conformar redes, estrategias de grupo, sistemas generales, consejos, periódicos, inquisiciones, grupos simplemente consultores, etc, no se nos escucha.

JURADOS: Nos falta sólo el informe final.

¿Para cuándo es el pago?

ORGANIZADORES: La plata está, falta que

ustedes terminen. Aquí entre nos (Susurrando) hay subregiones descontentas con el fallo...

(De pronto los jurados aparecen como jueces de juzgado, con toga, martillo y peluca de abalorios)

JURADO 1: (Martillando) ¡Soberbios!

JURADO 2: (Martillando) ¡Les falta dramaturgia!

JURADO 3: (Levantándose torpemente) ¡Expresión corporal!

ORGANIZADORES: Dieron en el clavo con los talleres:

Soberbia: Taller de Concentración.

Dramaturgia: El mismo dramaturgo, un pueblo sin él es un pueblo sin alma

Expresión corporal: HUGO VALENCIA

ACTOR: En serio, ¿eso es lo que necesitamos?

PATROCINADOR: Lo que diga el jurado

GRUPO: (Con ganas inmensas de salir adelante) Bueno, con ocho de puntaje, regresemos para continuar en nuestros pueblos con nuestra hermosa labor, ahí vamos...

Muchachos, tranquilos, por lo menos nos van a seguir teniendo en cuenta.

ORGANIZADORES: (en tono consolador) Su trabajo fue bueno, están cerca de la cumbre.

ACTOR: O del nudo

PATROCINADOR: (Solemne) ¡¡¡Del poder y la gloria!!!

JURADOS: (felices, se abrazan los unos a los otros, se escucha como marcha triunfal LA FINQUITA, de Vargasvil)

¡¡¡Otra versión, tendremos otra versión!!!

PATROCINADOR: (con megáfono)

¡Este año será para el teatro! 125 municipios, 250 grupos, 250.000 espectadores, plata, mucha plata. Ni un solo animal sin domesticar. Y para los soberbios: ¡silencio! ¡silencio! ¡silencio!..

(Todos se alejan en marcha y la palabra silencio se pierde a lo lejos)

Primer Encuentro

Actor: (Alegre) ¡Me soltaron, me soltaron! No debo nada, estoy nuevamente en casa. Duele tanto el encierro. Y sobre todo el miedo. (Tocan la puerta)

¡No, otra vez por mí!

Voz de afuera: Soy periodista

Actor: ¿Viene por mí?

Voz de afuera: No. por lo que usted es.

Actor: Por lo que soy fue que me llevaron.

Voz de afuera: ¿Puedo hacerle una entrevista?

Actor: Siempre y cuando sea amable. De lo pasado no respondo, el futuro es incierto. El presente me es favorable,

Voz: Entonces, permítame entrar. Tras la puerta es incómodo.

Actor: Mejor. Parece un confesionario. ¿No?

Voz: Como guste.

Actor: Permítame sentarme y ofrecerle una silla también a usted. (Va por sillas) Será una agradable conversación. Forjé tantos sueños (Abre la puerta, entrega una silla y vuelve a cerrarla. Se sientan)

Voz: Gracias por su hospitalidad.

Actor: Es hasta donde mi miedo me permite.

Voz: ¿Continuará con el teatro?

Actor; Claro con La Caída de la Torre,

Voz: Estaba en proceso... Bueno... Hum... Cuando sucedió lo que tenía que suceder.

Actor: Pasado.

Voz; En ese entonces, la definió como teatro danza.

Actor: Ahora hay más dudas que estéticas.

Voz: ¿Es la Caída de la Torre, sin torre, ni caída?

Actor: No. la caída de lo estético, sin estética pero con caída.

Voz: ¿Cuándo piensa estrenar?

Actor: No sé

Voz: ¿Escribió? Conozco su preocupación por la escritura.

Actor: Pasado.

Voz: ¿Escribe actualmente?

Actor: Apenas llego.

Voz: ¿Fue por la Caída de la Torre que lo detuvieron?

Actor: No fui yo quien la tumbó.

Voz: Por favor, es una entrevista seria.

Actor: Sería lo que fuese, pero le estoy respondiendo, y eso, si bien lo entiendo, son reglas elementales de una entrevista.

Voz; Que piensa hacer en este momento.

Actor: No sé, quisiera revisar mis libros, escuchar música, asear el cuarto, y luego tenderme en un largo sueño que depare fuerzas perdidas.

Voz: ¿Y mañana?

Actor: Futuro

Voz: Por qué no me invita a entrar, comienza a brisar.

Actor: Termine la entrevista.

Voz: Hay que llenar una columna.

Actor: Complétela con clasificados. Por ejemplo, en letra Grande y Negrilla "Se ofrece un Director-Actor, con experiencia en el ramo, capacidad, liderazgo. Experiencia 30 años" (Se va)

Voz: Qué desfachatez. Si fuera bueno en escena, vaya y venga, pero que sea noticia porque ha vuelto a aparecer, y entonces es un héroe de la cultura, que trae un mensaje para el ministerio, que no volverá a hablar jamás de la Ley del Teatro, ni de asociaciones ni convenios. Que no se le volverá a ver bohemio y soñador recitando en tabernas el monólogo de Chéjov, que La Caída de la Torre no se montará jamás, y que nunca volverá a estar solo, porque en su cuarto ya ha entrado el miedo a hacerle compañía.

La Carreta o la trashumancia de los sueños

"Necesito el ensueño, lo fantástico
admiro las sillas japonesas
porque han sido hechas para no sentarse en ellas"

Cualquier día La Ceja del Tambo fue asaltada por el sueño, la poesía, la música, dos hombrecitos vestidos de negro alteraban el tranquilo discurrir de la vida, una tarde de domingo en la plaza principal; sus rostros pintados de blanco, encendían de colores las caras de los niños que asombrados y sonrientes, interpretaban cada gesto, cada expresión, cada movimiento, de estos frágiles ilusionistas que silenciosamente reinventaban la vida. Asistimos embelesados a las pompas fúnebres de una pulga, y saltó como un resorte la risa, incontenible, sacudiéndonos;participando de esa fiesta colectiva donde el mendigo, el malandro, el policía, el niño, la señora rica, se unen en una única y común carcajada para celebrar el milagro de la vida, así lo ha entendido darío Soto, Director fundador, junto al popular Alvaro "Pichi" Miranda, de este hermoso grupo de titiriteros, donde también son responsables de la utopía, el incomparable Guillermo "Tato" Flórez, su contraparte Nury Flórez, y el talentoso percusionista Lizandro Polo, duendecillos todos, de la poesía, la llama inextinguible de la alegría.
Los encontré en Santa Fe de Bogotá, en esta ciudad de congresos que parece una adusta señora envuelta en su rebozo negro, bajo una lluvia pertinaz; me asaltó en una esquina de la monumental Plaza de Bolívar, el sonido de guasois, la sensualidad de las gaitas, el inmemorable redoblar del tambor, la flauta de Millo, convocando a la fiesta interminable, el olor del tamarindo que te impregna el corazón. Y cruza el Palacio de Nariño, donde Maripaz sonreía confiada, desde una pequeña ventana de su inconmensurable casa.
Trasegando largos caminos, llegó la Carreta, cargada de fantasía al 1er. Festival Internacional de Títeres, "La bufanda del sol", emparentados la pudorosa Ceja del tambo y la desbordada Barranquilla, arribaron a representar la provincia, en sincera competencia con Rumania, Indonesia, Chile, Ecuador, Argentina, entre otros, y convencieron a un público exigente, restituyéndoles (a los adultos) el perdido reino de la lúdica, el juego, única posibilidad de combatir en un país, donde los hombres grises están empeñados en robarnos el tiempo de la fiesta, cambiar nuestros juegos seculares, por guerras fratricidas, por una realidad que quiere con sus inquietantes monstruos: EL HAMBRE, LA PESTE, LA DESOLACIÓN, devastar el insustituible reino de LA FANTASÍA.
Los niños iluminaron como pequeños soles los días siempre plomizos de octubre, en este encuentro de titiriteros, participaron de las rondas, canciones, zagalillos, que llenaron de música todos los rincones de la ciudad.
Con sus títeres de guiñol, La carreta presentó "Pin Pón Felicidad", afortunado trabajo donde se alían la Pantomima, los títeres, la música para ofrecernos un espectáculo rico en matices, con un excelente manejo de la técnica y una historia que, por su sencillez, resulta cautivante, allí está la Señora Taza, contoneándose como una negra cumbiambera, cuidando celosamente su pequeño jardín; el gusano, mirando apetitosamente las frágiles flores, el noble girasol desprendiéndose generosamente de sus pétalos, para que PINPON y Felicidad, terminen la creación de su gigante con corazón de títere, las cantinelas, que al unísono entonaron los niños... en fin, esa posibilidad de soñar que nos brinda "La Carreta".
¡Bravo por los muchachos de La Ceja del Tambo y Barranquilla!