Falta de verdad en algunos artículos

(El Lábaro Nº 29, agosto 16 de 1930)

El Sr. Cisne dizque seguirá amolando el calabozo, lo felicito por la constancia que lo ha acompañado en su poco envidiable labor pero tan natural y común en un individuo de su taya. En los últimos “Sonsonetes” resolvió el articulista publicar cargos imaginarios y por lo tanto falsos, no sólo contra el Sr. Jefe de Policía, sino contra mí. Pero esto no importa, las cosas se reciben según de quien vengan sabemos que de “un burro no se esperan sino patadas” del Sr. Cisne no se puede esperar sino ofensas y conceptos falsos; se le ve el talento al mencionado articulista cuando no le ha alcanzado la inteligencia para escribir sobre asuntos de provecho social, pues este es el principal objeto de un periódico y si son artículos encaminados a corregir defectos emplear términos cultos y basados principalmente en la verdad, cosa que no ha hecho el mencionado Cisne.
Dice el Sr. Cisne que Nivelador por no tener la edad no puede administrar el Club de la ciudad, donde juegan muchos menores de edad. Todo esto es completamente falso; perdonen señores lectores que tenga que desmentir públicamente a un individuo, pero que las circunstancias exigen que lo haga así: pero en vista de las actuaciones pasadas, si con la mayor tranquilidad se atreve a publicar artículos de fondo tan falso como los pasados, contando solamente con la máscara que le sirve para que la sociedad no lo conozca, poco se le dará que le digan embustero públicamente; esto lo sabrán únicamente él y las pocas personas que saben su nombre, porque a pesar de procurar de que no sea conocido, no faltan personas que sí saben quien es “Nada hay oculto bajo el sol” dice un autor.
Con respecto a la administración del Club, voy a copiar parte del artículo 339 del Código Civil, para que el público pueda enterarse de lo falso que son los cargos que contra mí ha hecho el articulista mencionado, este dice así: “La habilitación de edad es un privilegio concebido a un menor para que pueda ejecutar todos los actos y contraer todas las obligaciones de que son capaces los mayores de veintiún años” y el Juzgado del Circuito de este Municipio por Auto del veintinueve, de octubre de mil novecientos veintinueve, me concedió ese privilegio.
El segundo, que en Club juegan muchos menores. Dígalo si es cierto el Sr. Jefe de Policía, el cual es el directo vigilante de que en el Club se cumplan estrictamente los Estatutos del establecimiento; si ésta declaración no le satisface, que lo digan los mismos accionistas o los miembros de la Junta Directiva o los Agentes de Policía que con frecuencia van en cumplimiento de sus obligaciones a visitar el Establecimiento. Por lo narrado, el Señor Cisne en sus últimos Sonsonetes, se preocupó muy poco de decir la verdad.
Al articulista en mención le daría mejor resultado que en lugar de ponerse a escribir versos (si así pueden llamarse semejantes latas) que amolase el calabozo, no para continuar su labor, sino para que se dedicara a hacer rozas y a trabajar la agricultura pues según la afición a los instrumentos de labranza y a la falta de caballerosidad y franqueza que lo ha acompañado, estaría mejor para agricultor. Esto me hace recordar lo que hace poco leí en un folleto publicado en Manizales, en el cual reproducen las famosas crónicas del célebre autor “Linz” en una de ellas dice literalmente así “Ahora me explico el por qué de la crisis que atravesamos; a los agricultores se les propuso retirarsen de los campos y abandonar los azadones para radicarsen en las ciudadades a escribir latas de poesías”. Esto me pareció muy extraño y creí que lo narrado no ocurriría en el Departamento de Caldas, pero resulta que en Antioquia también les está gustando la idea. El Gobierno debería tomar cartas en el asunto y trabajar por impedir que se continuara la costumbre, especialmente en los Departamentos donde no está establecida como en Antioquia.
Siga amolando el calabozo señor Cisne y yo me encargo de hacerle los gastos para que se traslade a Urabá, donde quedará muy bien establecido y donde podrá emplear también su calabozo tumbando monte y de esa manera se podrá crear una renta para que más tarde pueda radicarse en una ciudad a vivir decentemente en sociedad, si no le repite el deseo de escribir (según Ud.) versos, con lo cual no consigue sino hacerme célebre como lo han conseguido algunos individuos, que pretenden hacer lo que no saben y aparentar lo que no son: cosa muy baja por cierto.
Dejo con el presente refutados completamente los cargos que contra mí han hecho el Sr. Cisne y comprobado que ese articulista cuando va a escribir, de antemano se guarda en el bolsillo la franqueza, la caballerosidad y lo es peor la verdad.

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