Cejeños de nacimiento

Personas nacidas en La Ceja se quejan de que “forasteros” se han tomado la dirección del pueblo y que, con OPINIÓN CEJEÑA a la cabeza, quieren dirigir las actividades públicas y políticas de La Ceja y desean fundar un nuevo periódico.
A los cejeños de nacimiento les puedo decir que ya somos nosotros los forasteros en nuestro pueblo. La electrificación, las flores, la industria y el comercio han transformado al pueblo pastoril de los años 20, cuando se pagaban diezmo en cargas de maíz y papa, en un pueblo pujante y dinámico que no se quiere quedar atrás.
En la década del 30 al 40, para los que llegaron tarde, como en las tiras cómicas, las familias que ocupaban “el marco” de la plaza eran, perdonando cualquier error, las siguientes, partiendo del templo parroquial: Orozco Valencia, P. Gonzalo Londoño Jaramillo (de Sonsón), Botero Arango, Vélez Bernal, Toro Botero, Rodríguez Valencia, Maya Uribe, Jaramillo Bernal, Botero Londoño, Elejalde Elejalde, Maya Bernal, Botero Arellano, Vélez Mejía, Vélez González, Vélez Roldán, Vélez Londoño, Vélez Correa, Uribe Palacio, Uribe Vélez, Maya Bernal, Vélez Ángel, Botero Vélez. Definitivamente, cada apellido tiene su década, como cada naranjo su cosecha.
Hoy, en lo público, religioso y periodístico, tenemos apellidos tan exóticos para esa época, como Turbay, Ceballos, Llano, Soto, Vásquez, Tamayo, Fernández, Pinzón, Serna, Neira, Quintero, Peña, Alzate, Naranjo, Cano, Araque, y como dice nuestro Pre, pare de contar.
Otra cosa son los hijos putativos, aquellos que en su soberbia de poder declaran ser hijos de La Ceja, como el general Rojas y el ex ministro González; aquellos que por tener un vínculo familiar se creen cejeños y no hacen nada por su pueblo, cada quien los conoce.
La Colonia Cejeña en Medellín está empeñada en hacer un censo de los cejeños de nacimiento, que están fuera de su terruño, y de sus descendientes que se declaren cejeños. Porque aquí, como en la vida, unos nacen, otros se hacen y otros son. Hay muchos jóvenes de ascendencia cejeña que con orgullo sacan la cédula de La Ceja y lo dicen con honor.
La fundación de otro periódico, magnífico. Ciudad que se respete tiene varios periódicos.
No diga que es cejeño, diga en cambio qué bien ha hecho a su pueblo.

Tomado de Opinión Cejeña, Mayo 1985.